Con mi lengua en tu espalda escribí un soneto raro.

Para un momento. Sé lo que quiero en este mismo momento y tu también te has dado cuenta. Sonrío mientras recuerdo como me cogiste la mano y rodeaste mi cintura, porque eso no es propio de ti. Y pienso en porque él llego a decir despues de mi nombre que era íntima amiga tuya, no se lo que pasa, pero ella está de mi lado y no sabe cuanto se lo agradezco. Lo que odio es cuando ni siquiera te molestas en decirme nada, pero es tu carácter cambiante, difícil, raro y que me gusta al fin y al cabo. Los dias sí y los días no, son los que le dan emoción a esto, porque el sentirte tan lejos los días no, hace que los días sí se cojan con más ganas. Siempre disfruto de esos momentos. No sabes cuantas ganas tengo de que vuelvas a acercarte a mi, en serio, no te lo imaginas. Quiero tener una ligera idea de lo que se te pasa por la cabeza acerca de todo esto, porque no se si sigues con la idea del quiero y no puedo, o a lo mejor ha cambiado tu manera de mirar las cosas. Eres tan difícil; aunque mejor ser difícil que fácil, ya que lo fácil me parece aburrido y lo bueno nunca es fácil.

Otra cosa que no puedo soportar es a esa morena, sí, esa que no quiero ni ver. Esa a la que cambiaste por mí un día. Que aunque creas que no lo se, me entero de todo, y eso jodió bastante.

Y también queria darte las gracias por preocuparte por mi de esa manera tan peculiar que tu tienes, de verdad te lo agradezco mucho.