Nadie llega a ser imprescindible en esta vida. Y ahora, precisamente, no me refiero en el amor o en algo que se le parezca. Hablo de un tú a tú necesitado en todo momento, llegando a creer a veces que no se puede vivir sin él. Mentira. No te mueres sin ese aliento reconstituyente que te ayuda a levantar, aunque claro que es duro, es obvio. Te queda el saber que vendrán otros. Claro que vendrán. Aunque con esto no le quito dolencia a la pérdida, porque doler duele, y bastante. Tanto como si te vas tu como si te toca llorar la pérdida, es así.
No hay comentarios:
Publicar un comentario