La gente como yo te envena la vida.

Esperaba que después de tanta lagrima me besaras, diciéndome que aunque lo había hecho fatal, me seguías queriendo. Pero no lo hiciste, solo supiste preguntarme si tenía algo mas que decirte, y entre todas esas lagrimas solamente pude hacer un gesto de negación con la cabeza, aunque me moría de ganas de abrazarte y que te quedases para siempre. Te diste la vuelta y no pude contener un "por favor, no puedes irte.." bastante triste. Me miraste con cara de indignación y comenzaste a andar, calle adelante, sin volver a mirarme. Yo que no podía mas, me caí de rodillas al suelo, mientras mis sollozos se escuchaban por toda la calle. Me había roto, y tu ya no me querías. Había conseguido que dejaras de quererme. Tú, que eras el centro de mi vida te evaporas y me quedo aquí, esperando a que vuelvas a recoger cada pedazo de mi, porque toda mi fuerza la pierdo entre lagrimas. Sobretodo me duele mas que mi error no tenga ningún tipo de solución. Pero no vuelves, aunque te grite que no me puedo levantar yo sola, que no se hacia donde ir, que TE NECESITO, en mayúscula y con todas las letras.
Mi piel ya no es la misma sin ti, ni mis noches sin tu presencia. Que ya no te dejarás la barba que a mi me gusta, no nos ducharemos escuchando Miss cafeína, no bailaremos tangos en cada esquina, ni te reirás de la vida tan loca que llevo. Simplemente, nos encontraremos algún día y me miraras con desdén y yo fingiré estar medianamente bien esperando a que no te des cuenta para dejar libres mis lagrimas, porque lo único que voy a saber hacer es echarte de menos. Pero siempre tendré una pequeña esperanza de que regreses.