Siempre me pediste que no te quisiera
y yo no hice más que caerme de espaldas a la vida
intentando descifrar el mapa del tesoro
que tienes entre tus piernas.
Y por más que te quise, que te traje hasta mi trinchera
dejando esta guerra absurda a un lado
dejando mi tanga por bandera
tu pelo,
tu risa,
tus ojos,
todo lo que estuviera lleno de ti
se me quedaban lejos de a lo que yo llamaba país
que no era más que esta desierta cama.
Pero nunca nadie te avisa de que es fácil liar y agitar los corazones,
nadie te enseña que hay veces que debes dejar de enamorarte.
a veces, la retirada es inevitable.
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