Supongo que porque ya no me dolías,
o porque otros besos intentaban cerrar una herida que a estas alturas ya no se cura.
Nos creímos mejores que nadie,
cuando no éramos más que unos cualquiera, que supimos hacer magia con casi todo
pero nunca fuimos capaces de mirarnos a los ojos.
Y si alguna vez te apetece
volver a mi piel donde todo vale
a cerrar la herida o a doler más fuerte,
estaré esperando, inevitablemente, ese golpe de suerte
para que arrases con todo o para que logres curarme...
Como dicen por ahí, no hay términos medios
ResponderEliminarSaludos y que bueno leerte de vuelta