Valía la pena perdernos una tarde y encontrarnos una mañana, dejar al sol entrar por los pequeños huecos de la persiana y sentirnos los más afortunados del planeta; sacar la risa a pasear por cada esquina, por tus caderas y por tus labios; dejar la ropa medio muerta en el pasillo; saltar contigo desde lo más alto y dejarnos caer hacia ninguna parte, porque no importa donde si tu estabas conmigo.
La oscuridad aparece cuando se gana y el esfuerzo se desploma.
Nada se mantiene sin constancia.
Lo intentamos. Te caes. Renuncias. Yo sigo a pie del cañón a tu lado, y tu conmigo, aunque dejándote llevar por mi y yo no tengo tanta fuerza.
Y me da mucha pena.
Me da mucha pena todo lo que dejé de hacer porque no lo valorabas.
Me da pena todo lo que dejas atrás por no saber que tarde o temprano puede terminar.
Pero dejando de lado los miedos y las vergüenzas, más vale enfocarse en las cosas buenas y memorables
ResponderEliminarSaludos!
Todo puede terminar, y normalmente nos parece más temprano que tarde...
ResponderEliminarSi tarde o temprano todo puede terminar, haz que cada día cerca del final sea más intenso que al principio.
ResponderEliminarSi quieres, puedes pasarte por mi blog. Yo ya te sigo :)
http://recuerdosdeviajera.blogspot.com/
Un saludo, Irina.
"Me da mucha pena todo lo que dejé de hacer porque no lo valorabas"
ResponderEliminarTan verdad... es como un puñal clavado en el alma...