Save me.

Hacia mucho tiempo que no leía un libro que me calase tan hondo. Maldita sea.
Estoy envejeciendo a pasos agigantados con el alma a rastras. Pensando que me equivoqué en todo, y que me sigo equivocando.
Nadie podría haberle dicho que no en el momento que me ofreció su vida entera por un pedacito de la mía, y claro, los sentimientos son incontrolables.
He avanzado toda mi vida mirando siempre hacía atrás y no he hecho más que tropezar con todo lo que tenía delante. No se sí alguna vez he sido feliz. Supongo que sí.
Supongo.

Lo malo de vivir con una persona que ya lo ha vivido todo, es eso, que ya lo ha vivido todo. Y yo no. Y a mi no me sale seguir.
Y me duele demasiado.
Acepté no haber sido la primera, pero nunca me perdonaré haberle permitido que no me tratase si lo fuera.

Desde pequeña pensé que llegaría el día en el que me sentiría orgullosa de todo lo que he hecho, de todo lo que siento, y de todo lo que soy, pero por el contrario, la vida me pesa mucho.
Únicamente tengo a una persona en mi vida. Sólo una.
Todas las demás personas de mi vida desaparecieron, o hice que desaparecieran. No sé. La vida me ha hecho que no sienta amor por nadie más que no sea él. Y por desgracia, no sé si ese es el lastre de mi vida o el lastre soy yo, que voy siempre rezagada y despacio, a tirones.